Los cigarrillos electrónicos, gracias a las campañas publicitarias masivas, están ganando popularidad como una cura mágica para dejar de fumar. Pero no fueron creados para estos fines, y en muchos países está prohibida su publicidad y venta libre.
Los primeros cigarrillos electrónicos se crearon en los años 60 del siglo XX, pero este invento no se anunció oficialmente hasta 2004. Desde entonces, los cigarrillos electrónicos han ganado una popularidad sin precedentes, especialmente en países con leyes estrictas contra el tabaquismo. En Rusia y la CEI, los cigarrillos electrónicos se presentan como un medio para ayudar a dejar de fumar, aunque esto es fundamentalmente incorrecto. En el mundo occidental, este sustituto de los cigarrillos convencionales se compra para poder recibir nicotina en la forma habitual en un lugar público.
Los cigarrillos electrónicos fueron desarrollados por el inventor de Hong Kong Hon Lik para minimizar el daño causado por fumar. Al mismo tiempo, no hubo una sola afirmación de que tales cigarrillos puedan ayudar a dejar de fumar.
Cómo funcionan los cigarrillos electrónicos
Los cigarrillos electrónicos contienen nicotina y están diseñados para ayudar a los fumadores a estar en lugares públicos sin molestar a los demás con un humo de olor acre y desagradable. Estos cigarrillos constan de una batería, un vaporizador y un líquido que contiene aceites esenciales y nicotina. La sensación de fumar un cigarrillo electrónico repite por completo las que experimenta un fumador al inhalar con humo de tabaco común. Para hacer esto, el líquido de un cigarrillo electrónico contiene propilenglicol, que irrita los receptores del tracto respiratorio superior de la misma manera que el alquitrán común en el humo del tabaco. En combinación con el hecho de que el vapor del líquido evaporado tiene aproximadamente la misma densidad y sabor que el humo de marcas caras de cigarrillos, el fumador tiene la sensación de que está fumando cigarrillos reales. La única ventaja de los cigarrillos electrónicos es que no contienen resinas cancerígenas que provocan cáncer. Pero no eliminan la dependencia fisiológica o psicológica de los cigarrillos. Resulta que es imposible dejar de fumar usando cigarrillos electrónicos debido al hecho de que ni siquiera tienen las propiedades de un parche o chicle de nicotina común, sino que imitan los productos de tabaco tradicionales en un 100%.
Incluso a pesar de la ausencia de resinas cancerígenas en los cigarrillos electrónicos, todavía causan un daño significativo. De hecho, gracias a ellos, el fumador recibe cigarrillos "seguros", lo que significa que puede seguir fumando.
El motivo de la popularidad de los cigarrillos electrónicos
En Rusia, fumar cigarrillos electrónicos en lugares públicos está sujeto a las prohibiciones de la ley antitabaco, ya que su uso también es una promoción del tabaquismo. En Rusia y en todo el mundo, los cigarrillos electrónicos se han vuelto populares solo gracias a la publicidad en línea. Después de todo, su costo es de uno o dos dólares, mientras que la ganancia de su venta alcanza varios miles por ciento. Repitiendo todos los mismos mecanismos de influencia en la psique y fisiología humana que los cigarrillos ordinarios, sus homólogos electrónicos no eliminan la verdadera causa del deseo de fumar. El hecho de que es inútil usar cualquier forma de sustituto de los cigarrillos con tabaco está perfectamente probado en el libro de Allen Carr, una forma probada por millones de personas para finalmente vencer la adicción al cigarrillo.
